Ubicado en el centro de Madrid, este proyecto redefine por completo la forma de concebir un espacio gastronómico especializado. En colaboración con la marca Joselito, se plantea una intervención que trasciende la funcionalidad del comercio tradicional, apostando por un modelo de espacio que es, al mismo tiempo, exposición, narración y celebración del producto.
Desde el inicio, el objetivo fue crear un entorno donde el visitante no solo consuma, sino que entienda, observe y participe activamente en la puesta en escena del producto.
La intervención arquitectónica apuesta por un lenguaje limpio, esencialista y contenido. Se eliminan los elementos superfluos para destacar lo fundamental: la materia prima, el gesto técnico y la relación entre espacio y usuario. La paleta de materiales es sobria y precisa, generando una atmósfera controlada donde cada textura y cada forma refuerzan la identidad de la marca.